Amanece un nuevo día en el paraíso, y hoy más temprano aún si cabe porque tenemos que coger el bus que nos llevará hasta la frontera con Panamá.
Nos levantamos a las 05.00 de la mañana y cogimos nuestras cosas, dirigiéndonos a la parada del bus que estaba en la plaza del centro del pueblo, ya que este sale de allí sobre las 06.00 de la mañana.
Mientras esperamos el bus, abrieron un supermercado frente a la parada, compramos algo para desayunar, unos batidos y unos bizcochos, menos mal, porque el trayecto es de unas 4 horas.
Llega el bus, mas o menos puntual y comenzamos el viaje.
El bus para en cualquier sitio donde alguien le haga una señal, sin necesidad de paradas y funcionan como antaño en España, les dan paquetes al conductor para que los entregue en otros sitios del recorrido.
Una vez llegados a Sixaola nos dirigimos al puesto fronterizo de Costa Rica para que nos pongan el correspondiente sello de salida del país, atravesando acto seguido el puente sobre un rio que hace frontera con Panamá, pero al loro porque el puente esta hecho polvo y es utilizado tanto por peatones como por vehículos de ruedas (camiones, coches, autobuses) como por los trenes, y encima el piso es a veces de tablas de madera.
Una vez pasado el puente hay que pasar a una caseta de Policía donde te ponen el sello de entrada en Panamá, estando esperando en la puerta los taxistas piratas que te llevan al embarcadero de Changuinola para tomar la lancha que nos llevará hasta Bocas del Toro.
A nosotros nos llevo un tío en un pick-up e íbamos siete pesonas más el conductor y las maletas, todo por 15$.
Llegamos al embarcadero justo a tiempo de que saliera la lancha que salió sobre las 12.00 hora panameña, tomando rumbo a Bocas por canales fluviales hasta la isla de Colón, donde esta la ciudad de Bocas.
Nos alojamos en la isla de Colon, que es la que tiene más bares, restaurantes, hoteles, en fin, más movimiento, porque si te alojas en Bastimentos o en Carenero, no hay casi nada y para ir, por ejemplo a tomar una copa a un bar, tienes que coger un taxi-bote y cruzar hasta la ciudad de Bocas.
Nos alojamos en el Bocas Inn de Ancon Expedition of Panama por 62$ mas impuestos con desayuno, algo caro, pero el hotel lo merecía, es una pasada.
Nos fuimos a comer al restaurante The Pirate, y después nos tomamos una piñas coladas, moviendose entonces una tormenta de viento y agua que duró una hora más o menos.
Nos fuimos al aeropuerto para informarnos de los vuelos con destino San José de Costa Rica, dandonos la desagradable noticia de que aunque son diarios, no son seguros, es decir, si hay pocos pasajeros se anula el vuelo.
Aunque teníamos pensado quedarnos en Bocas del Toro tres noches, teníamos que tomar una decisión, no podíamos arriesgarnos a que a última hora nos suspendieran el vuelo, así que lo meditamos y lo dejamos para el día siguiente.
Por la noche nos fuimos a cenar langosta para celebrar cumpleaños y santos y después a tomar unos cubalibres en "El Barco Hundido", una disco que esta sobre los restos de un barco, en el que se pueden ver a los peces de colores como nadan entre su esqueleto, muy curioso, y a la cama.
lunes, 17 de diciembre de 2007
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