Amanece un nuevo día en el paraíso, y bastante temprano, por cierto, sobre las seis de la mañana, pero es que hoy nos vamos de excursión por el Parque Nacional de Tortuguero con Daryl en su barco, menos mal que para tomar algo al levantarnos, compramos unos trozos de pastel de chocolate en la confitería que hay junto a las cabinas, que por cierto es el mejor que he comido nunca, eso era chocolate, chocolate.
Fuimos nosotros cinco y una pareja de Barcelona que estaba alojada en otras cabinas del pueblo.
Una vez sacadas las correspondientes entradas al Parque, empezamos el recorrido por los canales del río Tortuguero, haciendo uso Daryl de su motor auxiliar eléctrico, con lo que el ruido se reduce considerablemente, haciendo que los animales no estén tan incómodos por nuestra presencia.
Vimos de todo, empezando por Garzas reales, pasando por monos araña, aulladores, nutrias, caimanes, lapas verdes, etc, etc, todo un espectáculo.
Después de la gratificante experiencia de la excursión, Daryl nos dejó en el embarcadero de su casa para que tomáramos el desayuno que nos habían preparado.
Una vez que lo hicimos, nos dimos un paseo por el pueblo y por la playa donde la noche anterior habían desovado las tortugas, viendo los rastros que éstas dejan en la arena cuando regresan al mar.
La playa es muy, pero que muy grande y esta repleta de nidos de tortugas y de restos de huevos eclosionados, por lo que hay bastantes moscas. Apetece darse un baño, pero es desaconsejable porque esta infestada de tiburones que se alimentan de las tortugas, y la verdad, solo de pensarlo se te pasan las ganas de meterte en el agua.
Después del paseo por la playa, nos vamos a comer los famosos camarones de Miss Miryam, que está junto al campo de fútbol del pueblo.
Nos atendió un camarero de lo mas simpático, Roberto, y pedimos los camarones, que vienen acompañados por arroz con coco, arroz con verduras, patacones, ensalada y unas Imperiales bien fresquitas para el calor sofocante.
Los camarones son algo así como los cangrejos de río, preparados al estilo criollo, muy ricos de verdad.
Después de la comilona nos dimos otro paseo por el pueblo, para rebajar la comida y estuvimos comprando algunos recuerdos del Parque.
Nos fuimos a cenar, y para variar al Buda Café, y nos es por ser repetitivos, pero es que es una pasada el sitio, y encima estábamos solos. Después de la cena nos fuimos a tomar unos cubatas a "la Culebra", que es algo así como la discoteca del pueblo, y resulta que esa noche era la elección de la reina de las fiestas.
Después de unas risas, bastantes, y de unos cubatas nos fuimos a la cama, todavía riéndonos, jaja, de las parejas de baile de alguien.......
domingo, 16 de diciembre de 2007
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