lunes, 17 de diciembre de 2007

Día 10: Puerto Viejo


Amanece un nuevo día en el paraíso y hoy decidimos, después de desayunar, alquilar unas bicicletas para ir desde Puerto Viejo hasta el Refugio de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo.
Se las alquilamos a un señor que tiene un puesto de alquiler de bicis en la misma carretera de Manzanillo, así que cogimos nuestras toallas y nuestras botellas de agua y a pedalear.
La carretera no esta tan mala como las del resto del país, pero hay ciertos tramos en los que hay unos agujeros considerables por lo que es un poco incomodo, pero divertido.

Según íbamos pedaleando, cuando nos apretaba el calor, nos desviábamos a una playa y nos zambullíamos en ella. Cuando se nos pasaba el sofoco, otra vez en marcha y así sucesivamente hasta llegar a la entrada del parque.

Nos recorrimos Punta Uva, Playa Cocles, Playa Chiquita, etc, a cual más bonitas hasta que llegamos al pueblo de manzanillo, y allí divisamos un restaurante, el Maxi´s, donde nos tomamos unas imperiales muy, pero que muy fresquitas.
Una vez refrescados continuamos hacia la entrada del parque, pero como la noche anterior había llovido bastante, no pudimos entrar con las bicis por la cantidad de barro y de fango que había en el camino, por lo que decidimos bañarnos en una playa que hay en la entrada, que tampoco estaba nada mal, todo hay que decirlo.

Una vez que terminamos del baño, nos fuimos a comer al Max´s, que por cierto es un forofo culé donde los haya, y comimos el famoso Pargo Rojo, muy típico por ésta zona del caribe, acompañado por patacones(plátano frito), arroz con frijoles (el arroz hervido con agua de coco), ensalada, maíz, buenísimo, y por supuesto unas imperiales bien frías (o dos).

Después de tan suculento almuerzo nos dirigimos ya sin ganas de nuevo hasta Puerto Viejo para pegarnos una ducha y salir a dar una vuelta por la noche, que era nuestra última allí y de enterarnos del horario de los autobuses que van hasta Sixaola, para cruzar la frontera con Panamá.

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